Según datos emanados de un estudio llevado a cabo por el Servicio Nacional para la Prevención y Rehabilitación del Consumo de Drogas y Alcohol (SENDA), el 28% de las niñas entre los 13 y los 15 años es consumidora activa de tabaco. Dicha realidad repercute en la proyección de cara a los 18 años, cuando cerca de un 56% de personas que pertenecen a dicho grupo reconoce fumar.
Por lo mismo, según lo planteado por el seremi de Salud, Hans Lungenstrass, los esfuerzos del Gobierno se han enfocado en rebajar tales cifras, por intermedio de un trabajo a largo plazo, con metas fijadas hacia el año 2020. Tal proyección ha sido establecida debido a que el tema implica un cambio cultural, que va de la mano de medidas que deben ser afianzadas con paso del tiempo.
“En las adolescentes mujeres tenemos las cifras más altas, lo alarmante es que en edades tan tempranas tengamos un consumo tan alto, dado que el efecto del tabaco es acumulativo, es decir, el porcentaje de probabilidad de padecer cáncer va aumentando a medida que se consume mayor numero de cigarros”, dijo.
“La exposición prolongada ya sea al humo de la leña o del tabaco conlleva a lo que llamamos la enfermedad pulmonar obstructiva, donde se produce un enfisema donde la capacidad de intercambio gaseoso en el ser humano disminuye de manera considerable. El estar en una ciudad contaminada y fumar no tiene lógica”, subrayó.