Humberto (Nombre de pila para mantener protegida su identidad) recorre el templo de la Parroquia de San Pedro, al que un día llegó siendo adolescente, sin saber que uno de los sacerdotes que allí ejercía, le provocaría uno de los traumas más difíciles de superar. Hoy, ya con su vida hecha en otra ciudad, con una familia bien conformada, y uniformado en retiro, se atrevió a denunciar ante el obispado de Linares las tocaciones que le habría propinado el padre Germán Cáceres a principios de los 80, cuando el clérigo ejerció en esta parroquia, abriéndose una investigación canónica de abusos de connotación sexual.
Durante todo el tiempo que guardó silencio, sintió este episodio como una herida que permaneció abierta y que ya es tiempo de que cicatrice para dar vuelta la página.
Este padre de familia sostuvo que a partir de esta denuncia espera que otras eventuales víctimas se atrevan a entregar los antecedentes para que este tipo de hechos no queden en la impunidad.
Noventa días es el plazo para que la bogada del obispado de Linares reúna los antecedentes de este caso ocurrido en Cauquenes, en los albores de la década de los 80, los que serán enviados, posteriormente a la Congregación para la Doctrina de la Fe en el Vaticano que se pronunciará al respecto. El sacerdote Germán Cáceres hoy se desempeña en la parroquia Santa Rosa de Melozal, en la comuna de San Javier.
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