Investigadores de la Universidad Católica del Maule y de la Universidad de
Concepción mostraron el catastro preliminar del estado de los bienes comunes y
sus amenazas en el secano costero maulino, y se dio punto de inicio al trabajo
participativo para su resguardo en proyección a instalar políticas adaptativas
en función de enfrentar al cambio climático.
La actividad se realizó en el marco del proyecto Anillo “Laboratorios de
codiseño para el cambio climático, gobernanza y cuidado de comunes en zonas
costeras en el centro sur de Chile”, financiado por la Agencia Nacional de
Investigación y Desarrollo – ANID, y ejecutado por la Universidad de
Concepción, la Universidad Católica del Maule y la Universidad de Los Lagos;
que, además, cuenta con el apoyo de Servicio País. En este, actorías locales
crearán soluciones innovadoras para el cuidado de los comunes en base a sus
conocimientos y culturas junto al apoyo de las y los profesionales de las
universidades asociadas en el secano costero maulino, Lebu y San Juan de la
Costa, durante los próximos tres años.
Este encuentro fue propiciado por el equipo territorial del proyecto con la
colaboración de la Municipalidad de Cauquenes, en cuyo salón se realizó el
evento, convocando a líderes y lideresas de las organizaciones relacionadas con
el uso y cuidado de los recursos de la comuna: del mundo apícola, las aguas, viñas,
entre otros.
En una primera
instancia, Beatriz Cid, directora del proyecto y académica UdeC, presentó los
alcances de este y sus etapas, enfatizando en su carácter participativo, de
construcción conjunta con las comunidades.
Las y los
académicos “podemos tener una cartera de grandes metodologías pero los
territorios son los que colocan el ritmo”, afirmó frente a la duda de los
asistentes.
Por su parte, la
alcaldesa de Cauquenes, Nery Rodríguez Domínguez, con respecto al rol de las
instituciones públicas y gobiernos locales frente a esta temática, aseguró que
desde el municipio se esforzarán en “colaborar en la co construcción y
facilitar los espacios y contactos con las autoridades y el trabajo de
profesionales para sacar a delante el trabajo de cuidado de los bienes comunes
que son imprescindibles para sostener la vida”.
En cuanto al
catastro levantado por el equipo territorial de la UCM se pudieron identificar
las amenazas más apremiantes a los comunes destacándose la disminución de los
caudales de las aguas por la sequía y su sobre extracción para el monocultivo,
la disminución del bosque nativo y de la biodiversidad por las talas e
incendios, y las dificultades que enfrentan las actividades productivas
tradicionales como la apicultura, la vitivinicultura y los oficios manuales con
materias primas locales.
“Nos dimos cuenta
de la escasez de agua y de sus factores, la extracción para viñas y desde
Essbio, la tala de árboles nativos, y la pérdida de las abejas que caracterizan
este sector”, señaló Estefani Lobos, de la agrupación de defensa del río
Coronel de Maule, organización que ayudó con información para el catastro.
Sobre las
expectativas que generó la reunión, Estefani encontró que es una buena
oportunidad para fortalecer la organización: “Somos 2 mil habitantes, con
quienes nos gustaría asociarnos, con los apicultores y quienes viven en la
cordillera de la costa que protegen los árboles nativos”.
En el mismo
sentido, Nyla Araneda, miembro del Comité Ambiental Comunal de Pelluhue, grupo
que se ha enfocado en la protección del
río Chovellén, reconoció el potencial del grupo que se comprometió con este
proyecto ya que “trabajar en conjunto ayuda a potenciar las ideas aportando los
conocimientos que hay en un territorio para poderlos aplicar en otro, es súper
bueno para no actuar de forma aislada,
tomando en cuenta que el territorio es uno solo, no tiene las divisiones
político administrativas ya que la naturaleza no los reconoce”.
La primera semana
de junio se acordó dar continuidad al proceso ampliado de reconocimiento de los
comunes y los factores que le inciden con una primera reunión de trabajo.